TEXTO , O TALLER: productividad que no se detiene
Más que como un conjunto de personas con una finalidad común ―escribir―, un grupo de taller de escritura puede ser entendido como un operador múltiple de textos.
Operar textos implica recorrer casi todas las preposiciones (operar bajo texto; con, contra texto; de, desde, en texto; hacia y para texto; por texto, etc.) y algunos verbos monstruosos (haber texto, hacer texto, ser texto).
Aceptada la inaceptable serie de metáforas, acéptese también que un grupo de taller funciona como un texto: cada elemento significante; cada parte, referida al todo; y el todo, produciéndose detallada y continuamente.
Texto, o taller: actividad que no se detiene.
Así, un taller bien entendido (aunque el malentendido también es una figura retórica) fluye como las palabras, se ordena como un discurso, se soluciona (es decir, cristaliza como la dilución) como la escritura.
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